domingo, 27 de octubre de 2013

Reacciones en Adultos y Adultos Mayores en Emergencias y Desastres

Reacciones psicológicas en adultos en emergencias y desastres

Un desastre puede resultar estresante para muchas personas y derivar en trastornos mentales y emocionales. Por lo general, esto se conoce como estrés posterior al desastre.

Las reacciones emocionales de un adulto luego de un trauma pueden variar ampliamente, desde angustia leve hasta reacciones de estrés extremas. Si bien la reacción de una persona ante el estrés posterior a un desastre puede ser perturbadora, recuerde que éstas son reacciones 
normales ante situaciones anormales.

Los Síntomas del estrés después de una catástrofe en adultos:
  • Cambios de humor: Luego de un desastre, muchas personas se sienten nerviosas, ansiosas y deprimidas.
  • Problemas cognitivos: Las personas pueden tener dificultades para concentrarse, prestar atención y recordar cosas.
  • Rendimiento laboral disminuido: Es común que el rendimiento laboral y la productividad disminuyan luego de un desastre. Los logros ocupacionales pueden parecer menos importantes luego de una tragedia.
  • Cambios en las rutinas diarias, sueño y alimentación: Por lo general, las personas tienen dificultades para dormir y los adultos podrían sufrir pesadillas acerca del desastre.
Reacciones psicológicas en adultos:
  • Ansiedad, tristeza, llanto, culpabilidad
  • Fatiga, insomnio
  • Confusión para pensar, problemas de memoria
  • Abandono de la higiene personal
  • Cambios de hábitos alimenticios
  • Pérdida de confianza, frustración
  • Recuerdos muy vivos del evento
  • Desorientación en tiempo y lugar
  • Uso excesivo de alcohol y/o drogas
  • Problemas en el trabajo, familia
  • Enojo e irritabilidad, necesidad de estar solos
  • Crisis de miedo, se siente abrumado de estar solo
  • Disminución de la resistencia física
  • Dificultades para retornar al nivel de vida normal
  • Intensa preocupaciones por otros
  • Temblores musculares, náuseas
  • Dolores de pecho y cabeza, dificultad para respirar.
  • Palpitaciones o taquicardias, aumento de presión sanguínea
Reacciones psicológicas en adultos mayores en emergencias y desastre

La población de ancianos presentan varias características e inquietudes que los hacen, en particular, vulnerables a los efectos de los desastres; suelen responder de una manera ineficaz por su lentitud a nivel motriz y cognoscitivo. 
Algunos adultos mayores tal vez presenten traumas adicionales si  han sido reubicados un entorno hacinado que les es poco familiar; como consecuencia de haber vivido muchos años, las personas mayores tienden a sufrir pérdidas múltiples, que incluyen los sistemas importantes de apoyo. 
Los consejeros deben estar pendientes de los signos de depresión en los damnificados ancianos ya que las pérdidas sufridas en el desastre pueden sumarse a las anteriores y provocar depresión.

Los Signos de Angustia Psicológica Después de una Catástrofe

  • Retraimiento.
  • Apatía (falta de emoción o interés).
  • Agitación.
  • Enojo.
  • Irritabilidad.
  • Recelo.
  • Desorientación.
  • Confusión.
  • Pérdida de la memoria.
  • Deterioro físico acelerado.
  • Aumento de síntomas físicos que parecen no tener razones médicas.
  • Estrés por mudanza (la angustia y desorientación que produce ser evacuado).
  • Trastornos del sueño.
  • Sentimientos de aislamiento de familiares y patrones conocidos de la vida.
  • Regresiones (funcionamiento en un nivel menor al que corresponde, o comportamientos infantiles como succionar un dedo)
¿Cuáles son las consideraciones para personas mayores en tiempos de crisis?
En algunos aspectos, luego de una catástrofe los adultos mayores pueden experimentar menos efectos psicológicos por estrés que los adultos de menor edad. Según experiencias pasadas, algunos adultos mayores pueden estar mejor preparados y poseer mejores habilidades para lidiar con una catástrofe.
  • Los adultos mayores muchas veces poseen la adaptabilidad y experiencia para pasar la catástrofe,sin embargo la tensión física puede resultar perjudicial en ellos.
  • Cuando una catástrofe afrontan son mas expuestos a riesgos de enfermedades y hasta de muerte.
  •  Los ancianos frágiles o aquéllos con limitaciones psiquiátricas o médicas son especialmente vulnerables al estrés que causan las catástrofes.
  • Muchos ancianos, en particular los de nivel económico bajo, inmigrantes o trabajadores no calificados, pueden carecer de recursos, estar en un estado físico en deterioro y perder los sistemas de apoyo importantes en el vecindario destruido. 
  • Quizá también tengan más dificultades para “navegar” por los canales del sistema de urgencia y teman perder su “independencia”, si los consejeros se llegan a dar cuenta del deterioro de sus facultades.
Los consejeros de salud mental se pueden relacionar mejor con los damnificados mayores si tienen en mente algunas de estas características; se debe considerar las características biopsicosociales de las poblaciones con necesidades especiales, al analizar los factores de riesgo que influyen en la capacidad de resolución de crisis en la etapa posterior al desastre.

Recuperación: Consejos para los Adultos Mayores y los Miembros de su Familia
  • Permita un tiempo de pena y curación. No espere una recuperación para un momento determinado.
  • Hable abiertamente acerca de sus sentimientos de miedo, ansiedad, irritabilidad u otras reacciones emocionales inesperadas.
  • Pida ayuda financiera, emocional o médica si lo necesita.
  • Tómese tiempo de relajación.
  • De ser posible, participe en planes de recuperación.
¿Cómo pueden los cuidadores y las personas mayores prepararse para una catástrofe?

Aunque no podemos saber cuando ocurrirá una catástrofe, los adultos mayores y sus familias pueden planificar anticipándose a una posible emergencia. Estar preparado puede ayudar a reducir la ansiedad y adversidad.
  • La Cruz Roja Americana recomienda que los adultos mayores establezcan una red personal de ayuda de al menos tres miembros de la familia, amigos o vecinos que los controlarán en una emergencia.
  • Realizar los arreglos antes de la emergencia. Intercambien llaves y muestren en dónde guardan sus provisiones de emergencia.
  • Compartan copias de documentos relevantes sobre emergencias e información de salud. 
  • Los adultos mayores y su red de ayuda deben mantenerse notificados entre ellos acerca de viajes fuera de la ciudad y la vuelta a casa. Guarde una lista de estas personas con su información de contacto.
  • Si necesita medicinas o sigue un tratamiento médico asegúrese de tener disponible una provisión para al menos dos semanas.
  •  Guarde una lista de medicinas de venta con receta que incluya la dosis, el tratamiento, e información sobre alergias a alimentos o medicamentos.

domingo, 20 de octubre de 2013

Reacciones de los Niños y Adolescentes en Situaciones de Desastres


LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES EN DESASTRES NATURALES 
 Conozcamos las principales características así como las reacciones psicológicas esperadas en los niños y adolescentes, agrupándolos por etapas educativas  (infantil, primaria y secundaria), con las recomendaciones básicas para su atención.

Etapa educativa       
Alumnado  de Educación  Infantil (segundo ciclo).
Edad: 3‐5 años
Características generales
  • Son más vulnerables a la desorganización de su mundo seguro y estable. 
  • Presentan inmadurez verbal. 
  • Necesitan el afecto, contacto y consuelo de los adultos. 
  • Aprenden por imitación e identificación, por lo que les afecta mucho las reacciones de sus padres y de otros miembros de su familia. 
  • Están en la fase del pensamiento mágico (si se desea algo, ocurre). 
  • Posee unos intereses concretos. Su pensamiento es intuitivo y egocéntrico.
  • La conciencia del tiempo y el espacio es concreta. No comprenden el sentido de pérdida permanente.
Reacciones posibles:
  • Miedos
  • Intenso miedo e inseguridad (especial miedo a encontrarse solos o ser abandonados). Temor exagerado por cualquier estímulo, especialmente a los que recuerdan el suceso. 
  • Miedo a la gente o a los extraños. 
  • Miedo a la oscuridad o a los animales.
  •  Regresiones 
  • Vuelven a: ser quejosos, chuparse el dedo, no controlar esfínteres, dormir con los padres, pedir que se les dé de comer o se les vista…). 
  • Mayor dependencia de los adultos: no quieren perder de vista a los padres, estar con ellos les hace sentirse seguros y a salvo.
  •  Quieren que se les coja y se les lleve en brazos. 
Problemas con el sueño
  •  Dificultades con todo lo relacionado con el sueño: problemas para irse a la cama. Puede no querer dormir en su habitación ni dormir solo. Despertares nocturnos llorando, asustado, con pesadillas o terrores nocturnos 
Otros:
  • Cambios en el comportamiento, pasividad, irritabilidad, inquietud. Dolor de cabeza u otras somatizaciones
  • Rechazo a la escuela. 
  • Problemas con la alimentación: se niegan a comer, vómitos, rechazo, etc. 
  • Juegan repetidamente al suceso traumático. 
  • Miedos específicos: a seres o situaciones reales (animales u oscuridad), o fantásticas (brujas, diablo, etc.).
Orientaciones
  • El retorno a las rutinas diarias ayudará a volver a las adquisiciones anteriormente adquiridas y a la reorganización de su mundo. Esto le hará sentirse de nuevo seguro y confiado. 
  •  Las pesadillas son una válvula de escape de la ansiedad y conflictos. 
  • Pero hay que tener en cuenta que a edades tempranas el niño no distingue entre realidad y la fantasía, por ello los padres deben mostrarse más comprensivos y flexibles, permitiendo una luz encendida por la noche, pasando más tiempo con él a la hora de acostarse, etc.. 
  • Es preciso dar seguridad y afecto dando más muestras de cariño y consuelo. 
  • Es perjudicial la exposición repetida al suceso traumático por lo que se debe evitar que vea y/o escuche continuamente noticias sobre la catástrofe. 
  • Los padres y otras personas de referencia como los maestros influyen en la percepción de la crisis por los niños por lo que deben transmitir seguridad, tranquilidad y confianza.

Etapa educativa
Educación Primaria 
Edad : 6 - 11 años

Características generales:
  • Los niños entre los 6‐8 años todavía se encuentran en una etapa difícil para asumir un incidente crítico. La mayoría son conscientes de las consecuencias, pero no tienen estrategias de afrontamiento adecuadas. 
  • Las reacciones predominantes son el miedo y la ansiedad. Su intensidad aumentará cuando advierten peligro para ellos, su familia y sus amigos. 
  • Estas reacciones son esperables, por lo tanto normales, y generalmente duran de 3 a 6 semanas. En cualquier caso es preciso observar su evolución. La vuelta a las rutinas diarias lo más pronto posible ayuda a que se superen.
Reacciones posibles:
  • Rabia, impotencia, tristeza, inseguridad, ansiedad, desprotección, culpabilidad, etc. Pérdida temporal del mundo como algo seguro y predecible: se dan cuenta de que su vida puede cambiar bruscamente por un suceso como el vivido. 
  • La pérdida de las rutinas diarias aumenta su ansiedad. 
  • Aparición del tema del desastre en sus conversaciones, juegos, dibujos… 
  • Dificultades con el sueño: no pueden conciliarlo, pesadillas, despertares nocturnos. 
  • Falta de apetito. 
  • Síntomas físicos: dolor de cabeza, nauseas, vómitos, sarpullidos o erupciones… 
  • Pueden aparecer comportamientos regresivos: apego excesivo a los padres, no querer dormir solo, enuresis, problemas de lenguaje… 
  •  Llanto, gritos, irritabilidad, agresividad, sentimientos de culpa o suposición de que el desastre sucedió por un comportamiento o pensamiento previo.
  • Retraimiento o timidez.  
  • Confusión (perplejidad) y desorientación. 
  •  Juegan repetidamente al suceso traumático 
  • El miedo y la ansiedad se asocian a determinados lugares ligados con el desastre, o a determinadas horas del día, a sonidos fuertes o vibraciones, oscuridad, quedarse solos, a que se vuelva a repetir el suceso.
  • Disminución del rendimiento escolar. Incluso algunos no quieren ir al colegio.
  • Problemas de concentración en las tareas escolares. 
  • Problemas de disciplina e inquietud, incluso hiperactividad.
Orientaciones
  • Animarle a que hable y comparta sus pensamientos  y  sentimientos.  Que se sienta  comprendido, respetando sus  sentimientos  y  brindándole apoyo emocional. 
  • Retomar  la  rutina  diaria  lo  antes posible.  Transmitirle  seguridad  no perdiendo el control ni la esperanza. 
  • Hablarle  con naturalidad, utilizando un  tono  emocional  adecuado. Contestar sinceramente a todas sus preguntas. 
  • Ayudarle a separar lo real de lo que no  lo  es.  Informarle  sobre  lo ocurrido  pero sin  dar  explicaciones excesivas. 
  • Evitar  que  escuche  continuamente noticias sobre la catástrofe. 
  • Informarle y hacerle partícipe de los proyectos  familiares  y  de  la posibilidad de restaurar las pérdidas.
Etapa educativa 
Educación Secundaria  
 Edad 12 a 18 años.

Características generales:
  • En virtud de la crisis esencial de la adolescencia esta edad es vulnerable para sufrir los impactos de una realidad frustrante. Será preciso observar la evolución de lo que podría ser una reacción esperable o normal al acontecimiento, que generalmente dura de 3 a 6 semanas.
Reacciones posibles:
  • Confusión  y  desorientación.  Puede  parecer  ausente  o distraído. 
  • Rechazo a hablar y aislamiento. 
  • Insensibilidad emocional, apatía 
  • Pérdida de apetito. 
  • Problemas  de  sueño  (insomnio,  pesadillas,  despertares nocturnos, etc.). 
  • Somatizaciones: dolores de cabeza y/o de otras partes del cuerpo.  
  • Pérdida  de  interés  por  las  actividades  que  normalmente hacía. 
  • Rebelión contra la familia o la autoridad en general.  
  • Problemas  de  comportamiento.  Rechazo  a  la  escuela. 
  • Huida de la casa 
Orientaciones
Son válidas las orientaciones establecidas en la etapa anterior adaptándolas a la edad del adolescente. Se les debe dar mayor autonomía y protagonismo: comunicarles y hacerles partícipes de las decisiones que se tomen en la familia y apelar a su sentido de responsabilidad y colaboración.

La intervención psicológica con niños y adolescentes en crisis traumáticas.
Los menores, necesitan de la seguridad y afecto que les proporcionan sus figuras de apego familiares así como otros miembros de la comunidad (amigos, profesores,…).

Por ello ofrecerles un entorno vital seguro y normalizado donde recuperar o restablecer sus rutinas diarias es fundamental.

Los adultos tienen la responsabilidad de ayudar al reequilibrio emocional de niños y adolescentes, por ello la intervención psicológica se debe hacer tanto directamente con los menores como indirectamente a través de pautas y orientaciones a la familia y a los propios profesores dada la influencia que ejercen en ellos.

De modo general, si nos atenemos a estudios, investigaciones y recomendaciones de instituciones de carácter internacional, como las elaboradas por el el Comité Permanente entre Organismos para la ayuda humanitaria (IASC, 2007), cualquier intervención “a posteriori” tras el impacto del desastre ha de comenzar por ofrecer un entorno seguro en el que se pueda animar a los niños a hablar sobre lo ocurrido (sin forzarles a ello), a plasmarlo de diferentes modos (en textos, dibujos y juegos) y compartirlo con los demás. Junto a profesionales especializados, los padres y profesores pueden contribuir a que el niño exteriorice de forma controlada sus sentimientos y pensamientos en relación a la situación vivida, a clarificar sus dudas y confusiones y a calmar sus miedos en un contexto de confianza y seguridad. Además de expresar sus vivencias los niños precisan integrarlas en su configuración del mundo y reconstruir un entorno vital de nuevo seguro. A tal fin se les han de ofrecer aclaraciones sobre el suceso y las circunstancias que viven en la actualidad, así como responder a sus preguntas con tacto, pero con veracidad. Se trata de evitar que rumores, supersticiones y otras creencias infundadas puedan acrecentar el trauma del niño haciéndole pensar que tiene algún tipo de culpa o responsabilidad en lo ocurrido, que el desastre responde a algún tipo de castigo o cualquier otra explicación fantástica o mágica que acreciente sus miedos.

Del mismo modo, se ayuda a los niños a restablecer la confianza y seguridad si se les dan consejos e indicaciones de cómo protegerse y actuar en caso de repetirse el desastre. También padres y profesores pueden colaborar ofreciendo estos mensajes e informaciones en un lenguaje adecuado a la edad, características y circunstancias del niño. Este tipo de actuaciones mejoran la percepción de niños y adultos acerca de su capacidad de afrontamiento de la crisis y favorece que puedan ayudar y ser solidarios con otros.

Modelos psicológicos de intervención en crisis causadas por desastres

Los modelos de intervención psicológica en desastres se determinan atendiendo a distintos factores.
Según el modelo de Inbar (1994) reconoce dos variables que permiten organizar y diferenciar esta intervención: en qué momento se produce (fases de preadvertencia, advertencia, impacto y post impacto) y a quién va dirigida (individuo, familia, comunidad y organizaciones como colegios, instituciones de emergencia, de seguridad, de salud etc.).

Según Vernverg y Vogel (1993) proponen tres fases principales:
a) Fase de preparación pre‐desastre: periodo anterior al desastre en el que se realizan actuaciones de previsión, planificación y formación para facilitar a los niños y su entorno estrategias y herramientas para hacer frente a la situación de crisis.
b) Fase de impacto o de recuperación a corto plazo: periodo que va desde que ocurre el desastre hasta aproximadamente 3 meses después. Se trata de realizar intervenciones para restablecer el equilibrio psicológico de los niños ofreciendo la primera ayuda psicológica. 
c) Fase de postimpacto: periodo que abarca desde los 3 primeros meses del desastre hasta los 2 primeros años. Se realizan actuaciones para ayudar de modo especializado a aquellos niños que siguen mostrándose muy afectados.

  FASES                                ACTUACIÓN                             DESTINATARIOS 
Pre‐impacto                            PREVISIÓN                                            Menor

Impacto                               INTERVENCIÓN                                      Familia

Post‐impacto                        RECUPERACIÓN                              Comunidad escolar

                                                                                                          Comunidad

Según Slaikeu (1996) sugiere que un modelo de intervención en  crisis debe  considerar  cuatro elementos o  variables:  la duración,  los objetivos,  la evaluación de las capacidades y dificultades del sujeto y la persona que ayudará en la crisis.
Las estrategias y actuaciones variarán para  cada elemento en función de si se trata  de  intervenciones  de  primer  orden  (en  los  minutos  y  horas  inmediatamente posteriores  al  desastre)  o  de  segundo  orden  (semanas  o  meses  después).

    TIPO DE 
INTERVENCIÓN      MOMENTO         FINALIDAD                ACTUACIONES
PSICOLÓGICA                    
 De primer orden     Momentos             Proporcionar  los       ‐Ofrecer  un  entorno  seguro.
                              inmediatamente     “primeros  auxilios      ‐Transmitir seguridad y dar
                             posteriores  al          psicológicos”             información acerca de lo que esta
                             desastre:                                                 ocurriendo.
                             primeros minutos                                    ‐Facilitar la conexión con apoyos
                             y horas.                                                  sociales

sábado, 19 de octubre de 2013

Crisis

¿A qué llamamos CRISIS ?

Es un estado temporal de trastorno y desorganización caracterizado principalmente por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando los métodos acostumbrados para la solución de problemas y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.
Por eso se dice que toda crisis es un peligro pero también es una oportunidad.

Variables influyentes en el desenlace de la crisis.

1.- La severidad del suceso precipitante
2.- Los recursos personales
3.- Los recursos sociales presentes en el momento de la crisis

La intervención y sus fases:

Intervención de primera instancia (Primeros Auxilios Psicológicos)
Es la que se brinda inmediatamente después del suceso que motiva la crisis, tiene poco tiempo de duración, puede ser minutos u horas y puede ser proporcionado por varios asistentes comunitarios

Intervención de segunda instancia (Terapia para la crisis)
Esta orientada a la resolución psicológica de la crisis, toma más tiempo, semanas o meses y es dada por terapeutas o por consejeros con conocimientos específicos en técnicas de evaluación y tratamiento


Crisis Y Reacciones Usuales Frente A La Crisis.
Los individuos que se enfrentan a una crisis o que pasan por una situación crítica experimentan al comienzo confusión y desorden.
Entran en un estado de completo aturdimiento estados emocionales que les impiden actuar y responder a la situación adecuadamente. Este desorden es la primera reacción que se presenta después del impacto traumático
Seguido a esta primera reacción el individuo se niega (negación) a la aceptación de lo que ha vivenciado, por lo tanto puede reaccionar como si nada estuviera sucediendo. 
Posterior a esta etapa viene lo que Kart (1996)denomina como intrusión es decir el momento en el cual se comienzan a presentar de manera involuntaria, abundantes ideas dolorosas, para por ultimo llegar a la traslaboración que es el proceso en el que se logran expresar, identificar y divulgar los pensamientos.




INTERVENCIÓN EN CRISIS INMEDIATAMENTE DESPUÉS DEL SUCESO
Cuando ha pasado el suceso y las personas se encuentran en un refugio siguen necesitando de la intervención como se ha explicado anteriormente. Pero además se sugiere:

a. Dividir a las personas en grupos, si están familiares mejor, en cada equipo si es posible se asignará un líder, que estará entrenado para intervenir en crisis.
b. En cada equipo se asignaran las tareas necesarias a realizar, que facilitaran su sobrevivencia integral, procurar que ellos elijan la tarea que les corresponderá.
c. Proponerles la importancia de comprometerse a la realización responsable de sus tareas.
d. Planterarles la importancia de su misión en ese momento.
e. Propiciar la participación solidaria.
f. Facilitar valores de creación.
g. Facilitar calores de actitud.
h. Es importante propiciar el humor porque es una de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia. Además facilita el autodistanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación.
i. Actividades recreativas y deportivas, el ejercicio es importante.
j. Evitar pensamientos que despierten terror
k. Favorecer vínculos afectivos.
l. Ejercicios de relajación.

F62.0 Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica.


La transformación persistente de la personalidad puede aparecer tras la experiencia de una situación estresante catastrófica. El estrés debe ser tan extremo como para que no se requiera tener en cuenta la vulnerabilidad personal para explicar el profundo efecto sobre la personalidad. Son ejemplos típicos: experiencias en campos de concentración, torturas, desastres y exposición prolongada a situaciones amenazantes para la vida (por ejemplo secuestro, cautiverio prolongado con la posibilidad inminente de ser asesinado). 

Puede preceder a este tipo de transformación de la personalidad un trastorno de estrés post traumático (F43.1). Estos casos pueden ser considerados como estados crónicos o como secuelas irreversibles de aquel trastorno. No obstante, en otros casos, una alteración persistente de la personalidad que reúne las características que a continuación se mencionan, puede aparecer sin que haya una fase intermedia de un trastorno de estrés post traumático manifiesto. Sin embargo, las transformaciones duraderas de la personalidad después de una breve exposición a una experiencia amenazante para la vida como puede ser un accidente de tráfico, no deben ser incluidas en esta categoría puesto que investigaciones recientes indican que este tipo de evolución depende de una vulnerabilidad psicológica preexistente.


 Pautas para el diagnóstico:

La transformación de la personalidad debe ser persistente y manifestarse como rasgos rígidos y desadaptativos que llevan a un deterioro de las relaciones personales y de la actividad social y laboral.
Para poder hacer este diagnóstico,la transformación de la personalidad debe manifestarse por rasgos clínicos como los siguientes:
a) Excesiva dependencia y demandas de terceras personas
b)  Aislamiento Social
c)  Pasividad, reducción de los intereses y de la participación en entretenimientos.
d) Quejas constantes de estar enfermo que pueden acompañarse de comportamiento de enfermedad.
e) Humor  lábil
f) Deterioro significativo del rendimiento social y ocupacional.
Las manifestaciones deben haber estado presente por lo menos durante dos años.


domingo, 6 de octubre de 2013

Psicofisiología del estrés

Empezaremos definiendo que es El Estrés :

Se puede señalar que es una respuesta automática del organismo a cualquier cambio, externo o interno, que le permite prepararse para enfrentar a las posibles demandas que se generan como consecuencia de la nueva situación.
Es decir es la respuesta física y específica del organismo ante cualquier demanda o agresión, ante agresores que pueden ser tanto físicos como psicológicos.
El organismo atraviesa un estado de estrés mínimo que, ante determinadas situaciones, se incrementa causando un efecto beneficioso o negativo, dependiendo si la reacción del organismo es suficiente para cubrir una determinadademanda o ésta "supera" a la persona .

Este nivel de equilibrio dependerá de los factores individuales (disposición biológica y psicológica) de las distintas situaciones y experiencias.

Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo a la "normalidad" cuando el estímulo ha cesado. Por ejemplo, cuando un equipo de fútbol intentan conseguir buenos resultados en una eliminatoria, está sometido a un estrés que implica un aumento de la actividad muscular (más irrigación, el corazón late mas rápido, etc.) lo que les ayudará a alcanzar el éxito y conseguir el objetivo. Una vez finalizadas la competencia, se produce un descenso de las constantes y el organismo vuelve a su estado basal.

Cuando se mantiene la presión y se entra en el estado de resistencia, las personas empiezan a tener una sensación de disconfort (tensión muscular, palpitaciones, etc.). Si continúa el estresor, se llega al estado de agotamiento, con posibles alteraciones funcionales y/u orgánicas: son las llamadas "enfermedades de adaptación". Estos síntomas son percibidos como negativos por las personas y producen preocupación, lo que a su vez agrava los síntomas y así puede llegar a crearse un círculo vicioso.

Respuesta fisiológica del estrés
La respuesta fisiológica es la reacción que se produce en el organismo ante los estímulos estresores. Ante una situación de estrés, el organismo tiene una serie de reacciones fisiológicas que suponen la activación del eje hipofisosuprarrenal y del sistema nervioso vegetativo.

El eje hipofisosuprarrenal (HSP) está compuesto por el hipotálamo, que es una estructura nerviosa situada en la base del cerebro que actúa de enlace entre el sistema endocrino y el sistema nervioso, la hipófisis, una glándula situada asimismo en la base del cerebro, y las glándulas suprarrenales, que se encuentran sobre el polo superior de cada uno de los riñones y que están compuestas por la corteza y la médula.
Se activa tanto con las agresiones físicas como con las psíquicas

El sistema nervioso vegetativo (SNV) es el conjunto de estructuras nerviosas que se encarga de regular el funcionamiento de los órganos internos y controla algunas de sus funciones de manera involuntaria e inconsciente.
Ambos sistemas producen la liberación de hormonas, sustancias elaboradas en las glándulas que, transportadas a través de la sangre, excitan, inhiben o regulan la actividad de los órganos.
La activación simpática supone la secreción de :
● La adrenalina segregada por parte de la médula suprarrenal, especialmente en casos de estrés psíquico y de ansiedad.
● La noradrenalina segregada por las terminaciones nerviosas simpáticas, aumentando su concentración principalmente en el estrés de tipo físico, en situaciones de alto riesgo o de agresividad.

La adrenalina y la noradrenalina son las encargadas de poner el cuerpo en estado de alerta preparándolo para luchar o huir. Son las que permiten enlazar el fenómeno del estrés con los fenómenos psicofisiológicos de la emoción.

A conoce las Fases del Estrés

En este proceso de adaptación por parte del organismo se distinguen las fases de alarma, de adaptación y de agotamiento.
Fase de alarma
Ante la aparición de un peligro o estresor se produce una reacción de alarma durante la que baja la resistencia por debajo de lo normal. 
Esta primera fase supone la activación del eje hipofisosuprarrenal; implica:
● Se produzca una movilización de las defensas del organismo.
● Aumenta la frecuencia cardiaca.
● Se contrae el bazo, liberándose gran cantidad de glóbulos rojos.
● Aumenta la capacidad respiratoria.
● Se produce una dilatación de las pupilas.
Fase de resistencia o adaptación
En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la presencia de los factores que percibe como una amenaza y se producen las siguientes reacciones:
● Los niveles de corticoesteroides se normalizan.
● Tiene lugar una desaparición de la sintomatología.
Fase de agotamiento
Ocurre cuando los recursos de la persona para conseguir un nivel de adaptación no son suficientes; se entra en la fase de agotamiento que conlleva lo siguiente:
● Aparece la patología llamada psicosomática.

TIPOS DE ESTRÉS SEGÚN: ASOCIACIÓN AMERICANA DE PSICOLOGÍA (APA) 
El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Cada uno cuenta con sus propias características, síntomas, duración y enfoques de tratamiento.
Estrés Agudo
El estrés agudo es la forma de estrés más común.
Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:
Agonía emocional: una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.
Problemas musculares que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos.
Problemas estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable.
Sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.
El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable.

Estrés Agudo Episódico
Poseen estrés agudo con frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde.
Los síntomas del estrés agudo episódico son los síntomas de una sobre agitación prolongada: dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor en el pecho y enfermedad cardíaca. 
Tratar este tipo de estrés requiere la intervención en varios niveles, que por lo general requiere ayuda profesional, la cual puede tomar varios meses.
A menudo, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo conducen sus vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus males. Con frecuencia, ven su estilo de vida, sus patrones de interacción con los demás y sus formas de percibir el mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio del dolor y malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas en su programa de recuperación.
Estrés Crónico
Este es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año. El estrés crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. 
El estrés crónico mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la apoplejía e incluso el cáncer. 
Las personas se desgastan hasta llegar a una crisis nerviosa final y fatal. Debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos por el desgaste a largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y pueden requerir tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.

PSICOFISIOLOGÍA
  • La rama de la psicología fisiológica (o psicofisiología) se desarrollo a partir de la psicología. En primer texto de psicología escrito por Wolhelm Wundt a fines del siglo XIX, llevaba el titulo de principios de psicología fisiológica (o psicofisiología). En los últimos años con la gran cantidad de información en la biología experimental, científicos de otras disciplinas han contribuido de manera importante a la investigación de la psicología de la conducta.
  • Se considera a René Descartes un filosofó y matemático francés del siglo XVIII, el padre de la filosofía moderna. Si bien no era biólogo, sus especulaciones respecto de los papeles que desempeñan la mente y el cerebro en el control de la conducta proporcionan un buen punto de partida en la historia de la psicología fisiológica. 
  • El desarrollo de los métodos psicofisiológicos en los últimos años ha llevado a una proliferación de técnicas, la mayoría de las cuales son bastante refinadas y requieren conocimientos solidamente fundamentados de psicología experimental, electricidad bioquímica y fisiología. Entre esas nuevas técnicas probablemente la más importante es el microelectrodo, o sea un electro sumamente pequeño que se usa para registrar la actividad eléctrica de las células nerviosas aisladas.
  • En las últimas décadas, el estrés ha sido identificado e investigado como una enfermedad que se caracteriza por un desequilibrio del sistema nervioso central autónomo. Este desequilibrio conduce rápidamente y en forma silenciosa al aparecimiento de otras enfermedades, crónicas y discapacitantes.
  • CASO REFERENTE A UNA CONSECUENCIA DEL ESTRÉS: 
  • Los trastornos del sueño a causa del estrés afectan cada vez más a mujeres entre 35 y 45 años  (ESPAÑA)
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