domingo, 24 de noviembre de 2013

EL MANEJO DEL DUELO EN SITUACIONES DE DESASTRE

La reacción psicológica que sucede tras la muerte de un ser querido, el estado que sobreviene tras sufrir una pérdida importante en la vida, se denomina duelo. La diferencia más importante entre perder algo y perder a alguien está definida por la muerte, ya que convierte la pérdida en irremplazable e irreversible. Elduelo es un proceso normal y una manifestación universal.

EL DUELO NORMAL
Tradicionalmente se ha hablado de fases del período de duelo pero, en la actualidad, se prefiere hablar de componentes. La razón es que no siguen una sucesión temporal estricta y que pueden solaparse varios de estos acontecimientos simultáneamente. Estos componentes son los siguientes :

COMPONENTES DEL PROCESO DE DUELO.

1. SHOCK: Aparece en los momentos iniciales, y su duración es mayor cuando el suceso es imprevisto. 
Se asocia a apatía y sensación de estar fuera de la realidad. 
2. DESORGANIZACIÓN: Ocurre también al principio. Se acompaña de desesperación y absoluta desestructuración del funcionamiento del individuo en cualquiera de los ámbitos vitales. 
3. NEGACIÓN: Es una forma frecuente de reacción ante sucesos inesperados. El individuo espera la llegada o la llamada de la persona desaparecida y actúa como si nada ocurriese. 
4. DEPRESIÓN: Representa la progresión a una fase adaptativa más realista. Confirma que el proceso del duelo se está llevando a cabo de forma adecuada. 
5. CULPA: Consiste en pensamientos recurrentes, casi obsesivos, en relación a lo que se podría haber hecho para evitar el suceso. También son más frecuentes si no se ha podido despedir del fallecido y si las relaciones con él no eran buenas 
6. ANSIEDAD: Surge ante el miedo, generalmente realista, de los cambios que ocurrirán en la vida del paciente después del suceso (ej. soledad, dificultades económicas, etc.). Es el miedo a tener que sobrevivir sin la persona fallecida porque satisfacía una serie de necesidades. 
7. IRA: Puede ir dirigida hacia familiares o amigos que no han “ayudado” durante el suceso o hacia personas que todavía disfrutan de lo que el paciente ha perdido (ej.: otras personas que conservan sus cónyuges o sus hijos). También es habitual que la ira se dirija hacia el personal sanitario (reacción frecuente en plantas oncológicas y en urgencias) o incluso hacia el fallecido por haber abandonado a los supervivientes. 
8. RESOLUCIÓN Y ACEPTACIÓN: Ocurre cuando el paciente ha podido adaptarse a la pérdida de la persona y asumir las modificaciones que producirá este suceso en su vida. No siempre se alcanza esta fase.

Duelo patológico: Realización de asistencia psicológica individual y/o familiar para elaborar el proceso de duelo y asumir el fallecimiento del ser querido a fin de que, pasado un periodo de tiempo prudencial, no interfieran en la vida de la persona
Se puede pensar en un duelo patológico cuando:
  • Los síntomas perduran excesivamente (más de 12 semanas);
  • Tienen tendencia a empeorar o provocan exagerado sufrimiento de manera permanente, o existe riesgo de complicaciones, como suicidio o consumo exagerado de alcohol.
  • El duelo patológico debe ser tratado como con un trastorno depresivo.
ETAPAS DEL DUELO

1. Incredulidad (negación).
2. Fase de excitación, alarma, inquietud, dolor, coraje y culpabilidad (esta fase puede ir acompañada de alteraciones fisiológicas tales como el insomnio, pérdida de peso, etc.).
3. Asimilación ( reelaboración )
4. Recuperación.

VARIABLES QUE AFECTAN EL CURSO DEL DUELO

1. Identidad y rol de la persona pérdida
2. Edad y sexo de la persona que sufrió la pérdida
3. Causas y circunstancias de la pérdida
4. Circunstancias sociales y psicológicas de la persona que sufrió la pérdida alrededor del momento en que esta se produjo y posteriormente
5. Personalidad del que sufrió la pérdida con especial referencia a sus facultades para establecer relaciones de amor y capacidad para responder a situaciones de estrés.

Los
 objetivos
 de
 la
 intervención


Deben
 consistir
 en
 favorecer
 el
 trabajo 
de
 duelo,
para
 ello 
es 
importante
 (Fernández
y
Rodríguez,
2002):

  • Facilitar 
la
 aceptación 
de 
la
 realidad 
de 
la
pérdida.

  • Facilitar 
la 
expresión
 y
 el 
manejo
 de 
los
 sentimientos
 ligados 
a
 ella.

  • Facilitar
 la 
resolución
 de 
los
 problemas
 prácticos 
suscitados por
 la 
falta
 de
 lo
 perdido.

  • Facilitar 
una 
despedida
 y 
la 
posibilidad
 de 
volver
 a 
encontrar
 sentido
 y 

satisfacción 
en 
la vida.

Con
 el
 fin
 de 
conseguir
 estos 
objetivos 
existen 
una 
serie 
de
 estrategias 
que 
pueden 
utilizar
 los
 diplomados
 en
 enfermería
 para
 ayudar
 a
 las
 personas
 en
 duelo
 (Cook
 y
 Oltjenbruns
 1989;
 Ripoll,
1997;
Fernández
y
Rodríguez,
2002):

  • Permitir
 la
 contemplación
 del
 cuerpo
 del
 fallecido.
 Esto
 es
 muy
 importante
 para
 evitar
posteriores
 fantasías,
temores
 y
 fantasmas.
 Previamente,
 debemos 
advertir,
 si
 existen, 
de
posibles
 alteraciones 
visibles
 en 

el
 cuerpo 
o
 de 
su
 aspecto
 actual
 (intubado,
conectado 
al
 respirador
 si
 es
 donante
 de
 órganos,
 etc.).
 También
 se
 les
 permitirá
 que
 le
 toquen
 y
 le
 hablen,
“que
puedan
despedirse”.

  • Avisar,
 si
 lo 
desean,
 a
 algún
 familiar
 o 
amigo.

  • Ayudar
 al superviviente
 a
 tomar
 conciencia
 de
 la
 muerte.
 En
 los
 momentos
 iniciales,
 la
sensación 
de
 irrealidad
es 
la
 norma.
Hablar
 sobre
 la
 pérdida
 ayuda
 a
 realizar
 esa
 tarea.
 La
persona
 que
 pretende 
facilitar la
 puede
 preguntar
 sobre
 la
 forma 
en 
la
 que
 se
 enteró 
de 
la
misma,
 cómo
 reaccionó,
 qué
 pensó,
 qué
 sintió.
 También
 puede
 explorar
 el
 comportamiento
frente 
a 
los 
rituales 
que
 facilitan
 el
 cumplimiento
 de 
esta
 tarea,
 como 
la
 contemplación 
del
cadáver
 en
 los
 ritos
 funerarios,
 las 
visitas 
a 
la 
tumba.
 Si
 el
 superviviente
 cuenta
 que
 no 
ha
podido 
realizarlos,
se 
pueden
 explorar 
las 
fantasías
 al 
respecto.

  • Ayudar
 a 
identificar
 y
 expresar
 sus 
sentimientos
 “a
 su 
modo
 y
 manera”,
 manteniendo
 una
comprensión
 empática 
y 
sin
 forzar 
nunca
 la
 situación.


La
 pérdida
 puede
 evocar
 sentimientos
 muy
 dolorosos
 de
 los
 que
 el
 superviviente
 puede
 intentar
 protegerse
 inconscientemente.
 Aunque,
 a
 veces,
 posponer
 la
 experimentación
 de
 esos
 sentimientos
 puede
 ser
 útil,
 en
 general,
 ignorarlos
 puede
 ser
 causa
 de
 problemas
 y
 dificultades 
en 
el
 proceso
 de
duelo.
 La
 persona 
que 
va
 a
 actuar
 como
 ayuda
 puede
 facilitar 
la
 expresión 
de
 estos
 sentimientos.

A 
veces, 
esta
 tarea 
puede 
estar
 dificultada
 por 
el
 hecho
 de
 que 
quien
 la
 solicita 
puede
 pedirle,
precisamente
 un
 remedio
 para 
evitar 
el
 dolor 
(en
forma,
 por
 ejemplo ,
de 
medicamento).


Los
 sentimientos 
puestos 
en 
juego 
por
 la 
pérdida
 pueden 
ser
 muy
 variados.
 Desde
 luego
 está
 el
 sentimiento
 de
 pena
 por
 la
 pérdida.
 Pero
 también
 los
 de
 rabia,
 culpa
 e
 indefensión.


RECOMENDACIONES A LOS FAMILIARES DE LAS PERSONAS EN DUELO. 

Curso: Manejo del duelo y afrontamiento a la muerteLas principales recomendaciones son las siguientes: 

1.- Hay que invitar a la persona a que exprese sus sentimientos pero sin forzarle. Los sentimientos reprimidos siempre acaban saliendo pero más tarde, de forma más compleja y con tendencia a la cronificación. Tampoco hay que caer en el otro extremo de hablar continuamente del difunto. Por tanto, el tema no debe ser tabú ni demasiado frecuente, pero cuando se hable se puede profundizar en él. Tampoco hay que insistirle tanto en que hable de sentimientos que termine sintiéndose culpable por no expresarlos. 

2.- Compartir sentimientos y recuerdos sobre el muerto con personas que le hayan conocido.
Este hecho facilita recomponer la imagen interna del fallecido e interiorizarlo como una experiencia
valiosa que nos acompañará siempre.








REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

http://www.caritasvitoria.org/datos/documentos/Material%20Duelo-magdalena.pdf
http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/2251/1/
http://www.revistauaricha.org/Articulos/Uaricha_14_001-011.pdf

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